Pues resulta que hoy quedé con mi amigo Kari para marcarnos unas bajaditas tras tres meses de sequía xanadulera, y me aparece con una Rossignol Mini Pro, la chiquitaja de la marca. La sacó del Decathlon por 50 Euros al ser la última (cuesta sobre los 200 Euros).
Cuando la probé, la primera impresión que tuve fue "ésto tiene vida propia así que al loro". Y es que cuando pilla algo de caña va sola la cabrona, y al tener tan poca superficie de contacto con la nieve se hace un poco jodido llevarla.
Destacar también que es una tabla sumamente dura, toda vez que al ser tan pequeña todo intento de flateo terminará fallido, sin duda.
Las recepciones son algo jodidas por lo mismo que antes: o planchas perfectamente o te puedes ir al suelo fácil, y si pillas un montículo de nieve que no esperabas es jodido controlarla.
Entonces os preguntaréis ¿"pues para qué sirve entonces esta tabla"? Pues sirve para pasarlo de reputísimamadre en un park pequeñito, como el Xanadú, haciendo el cabra. Y es que las rotaciones salen solas. Si vas despacito y controlando, atancando bien el chimpo, puedes llegar a multiplicar por dos tu giro habitual. Incluso bajando haces un pequeño ollie y ya te marcas un 3 por la puta cara.
No jibbeé nada con ella ya que ya tenía bastantes problemas con mi Uninc (tanto tiempo sin ridear es lo que tiene) como para intentarlo con la Mini Pro, pero Kari sí y me fije que al primer contacto con el plano-bajada la tabla se le fue para la izquierda y luego para la derecha, super rápido (menos mal que controla si no vaya talegada)... Me imagino que al ser tan dura no le gustará mucho que jibbeén con ella.
Bueno, ésta ha sido mi primera impresión. Me marqué solo tres bajadas con la tabla y supongo que con el tiempo mejoraría el riding con esta enana del snowboard, pero si la encuentro baratatita yo también la compraría, seguro. Merece la pena, sin duda...