Hace tres años Quik Silver compró el grupo Rossignol por poco más de 240 millones de euros, pues ahora planea venderla por 40 millones a un consorcio francés con el que hace algunos meses tenía una acuerdo para venderla por 100 millones, han tenido que rebajar 60 millones más para que acepten.
Vamos que un negocio redondo para Quik Silver

, aunque tal vez mejor desacerse de la patata caliente antes de que la crisis azote con más fuerza. Aunque lo que facture Rossignol esta temporada será para Quik Silver, por otro lado
pecata minuta por que con la más optimista de las previsiones solo serían uno 10 millones de euros.
Veremos como acaba Rossignol, lo que esta claro es que es un reflejo de lo más diáfano de lo que está pasando con la industria de la nieve, y posiblemente el pistoletazo de salida para fusiones, quiebras y marcas que desaparezcan (la excepción que confirma la regla es la nueva marca que os anunciabamos el otro día en las noticias).