Una mañana cualquiera de febrero en un invierno escaso de nieve nos juntamos en la boca norte del
túnel de Viella (1.380) unos pocos de los que andamos con
splitboard en el valle de Aran.
Entre risas y bacileos preparamos toda la herramienta; pieles, bastones, calorías, cachivaches… a uno se le olvidaron los palos, que se las arregle con algo
El día es bueno, frío, seco y soleado así que apuramos las splitboards con la idea de coronar el
tuc deth port de Viella (2.605) y desde allí elegir unas buenas líneas de descenso hacia la vertiente norte. Son 1.100 metros de desnivel hacia arriba. Salimos foqueando por la pista que va por encima de la boca del túnel y de ahí nos metemos en el bosque dirección a la
cabaña deth pontet (1.590) es un tramo un poco pesado ya que el sendero transcurre por dentro del bosque y por momentos se pone bastante abrupto. Los primeros rayos de sol caldean el ambiente y los árboles
los dejamos atrás viendo claro el itinerario de la ascensión,
cruzamos el arroyo de
Hont Hereda por el puente de madera y de ahí encaramos un lomo que nos hace ganar altura en dirección suroeste con escaso riesgo de ser sorprendidos por algún alud.
Siempre encarando que es la mejor forma de gestionar los desniveles en splitboard si la tracción de la nieve es buena y la pendiente no es excesiva, a veces más recorrido es menos cansancio, y eso te hace leer la subida con otros ojos. Nos encontramos con todo tipo de nieves, y alguna vuelta maria mas de la esperada hasta los 2.200 metros donde nos reagrupamos en una planicie que ya se divisa el
Tuc del Montanero (2.581) y el
Tuc de Viella con todo su circo sombrío mostrándonos las canaletas y las posibilidades de diversión que nos ofrece esa vertiente.
Relajación, hidratación y contemplación a unas montañas flacas para las fechas del año, con muchas limitaciones por la escasez de nieve en un terreno bastante pedroso pero ya leemos algunos descensos con óptimas condiciones de nieve y pendiente maja, eso nos motiva para encarar el último tramo hasta el
port de Viella (2.442).
Al llegar al collado refrescamos la visión hacia el
valle del Mulleres con la impresionante
Tallada cara a cara.
Enganchamos las tablas a la mochila serpenteando una cómoda arista que nos lleva a la cima. Que bien llegamos¡¡, abracitos, palmaditas, fotos y nos vamos después de ajustar las tablas y preparar todo para la bajada.
De la cumbre descendemos un poco hacia el este para llegar e inspeccionar las entradas a las canaletas que estaban muy ásperas, con poca y mala nieve, así que continuamos retomando una arista que nos lleva a una vertiente más abierta. Hacemos una cata del manto tirando piedras de diferente tamaño y así poder comprobar la textura, dureza y cohesión antes de entrar a la pala, descendemos uno a uno sobre nieve polvo viejo a la sombra y polvo transformado al sol en las secciones de más pendiente y compromiso sin dejar de hacer un snowboard cómodo con apoyos cortos y precisos al principio para encadenar una sección más rápida y fluida hacia el fondo de valle.
Paramos, miramos y comentamos las sensaciones del descenso. Aun nos queda una sorpresa en forma de tubo natural muy juguetón hasta la cabana deth pontet.
Ante todo diversión compartida es lo que se nos pasa por la cabeza antes de entrar en el bosque de vuelta a los coches a otras realidades, mientras los últimos rayos de la tarde iluminan la cumbre del Tuc de Viella, cansados y vacíos damos por concluida una jornada gracias al splitboard ya que antes de este invento deslizar de lado según en que montañas requería unas condiciones físicas inhumanas, además hoy en día las prestaciones de una splitboard han mejorado mucho a favor de ejecutar un riding potente, bonito y muy divertido.
Itinerario de la ascensión
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