A finales de los años 90, algo estaba cambiando en el snowboard, su aceptación por parte de la mayoría de los esquiadores y la práctica totalidad de estaciones invernales era un hecho, más aun con la inclusión en 1998 del snowboard como deporte olímpico en los juegos de Nagano (Japón). Sin embargo, las tendencias y el camino tomado, no eran del agrado de todos los snowboarders, que consideraban que se estaba perdiendo el verdadero espíritu de este gran deporte.
El snowboard desde su nacimiento ha sido siempre un deporte donde ha brillado la creatividad. En sus primeros tiempos, antes de la producción masiva de tablas, esa creatividad se materializaba en diseños y construcciones personalizadas de las propias tablas "home made". Más tarde comenzó la producción industrial y las mejoras tecnólogicas, la creatividad seguía brillando: Desde los diseños a los gráficos, estilos de riding, el estilo de vida en y fuera de la montaña...
El snowboard fue desarrollandose y creciendo de una forma exponencial. Inicialmente no solo fue ignorado por las estaciones invernales, sino que fue prohibido, lo que originó un movimiento "joven en contra de lo establecido" de muchos de sus prácticantes, quienes rechazaban adherirse a las reglas y regulaciones con las que tenían que enfrentarse.
Segun aumentaba su popularidad, nivel de ride y número de adeptos, empezaron a surgir pequeñas competiciones. Se crearon los primeros pipes en las estaciones, que eran poco más que una zanja en una cuesta. Estas primeras y pequeñas competiciones reunian a lo más granado del snowboard pero distaban mucho que ver con las que de hoy en día.
El snowboard creció en popularidad a finales de los 80, principios de los 90, convirtiéndose a partir de entonces en el deporte que ha experimentado el mayor boom de crecimiento en el menor tiempo. Esta explosión de popularidad no tardó en atraer a los medios de comunicación, los eventos y competiciones fueron cada vez de mayores dimensiones, aumentaron los sponsors y se organizaron circuitos de competición.
Con estas competiciones, empezaron a imponerse ciertas reglas y regulaciones (muchas veces creadas por los esquiadores sin contar con la opinión de toda la comunidad de snowboarders), creció la presión de los sponsors, lo que a su vez comenzo a restringir creatividad, confinándola al half pipe.
A pesar de ello, la progresión en el snowboard nunca cesó, aunque algunas federaciones y organizadores de eventos parecían olvidar y obviar esta progresión. Muchos riders compenzaron a pensar que el circuito de competiciones se había echado a perder, lo que llevó a que muchos de los Top-riders empezasen a boicotear algunos eventos no asistiendo. Pero por otro lado seguia habiendo eventos en los que se respetaba y escuchaba a los riders, desarrollando nuevas estructuras y módulos en los que ripar, y desarrollando nuevas formas para puntuar y juzgar a los competidores.
El noruego Terje Haakonsen, el mayor mito y leyenda que el snowboard ha tenido hasta la fecha, se negó a competir en los juegos olímpicos, al no estar de acuerdo básicamente en como cohartaban y limitaban la creatividad y libertad, así como el sistema para juzgar a los competidores. Pero no se límito a resignarse y quedarse de brazos cruzados, pronto ideó el Artic Challenge, (en el que más tarde se competiría vía clasificación através de otras pruebas y eventos).
La semilla, para el TTR, empezó a gestarse en la ISPO de verano de Munich en el 2002. Posteriormente, numerosos contactos via e-mail concretaron una reunión que se llevaría a cabo en Hossegor (Francia) el 13 de septiembre del 2002, donde se congregaron representantes de la industria, organizadores de eventos y competiciones, y riders. Aunque el nombre Ticket To Ride (TTR) no sería acuñado hasta 2 semanas después, el plan ya estaba en marcha.
Así se sentaron las bases de lo que sería el TTR, ¿pero que es exactamente el TTR? Pues una inciativa independiente que parte de los propios riders y de la industria, que une las competiciones de snowboard independientes más importantes de todo el mundo. El propósito es trabajar junto a otros eventos y competiciones de snowboard independientes, en las que los ganadores se clasificarían para el Artic Challenge. Bajo el apadrinamiento del rider más respetado, Terje Haakonsen, el Artic Challenge abrió sus puertas a plazas clasificatorias, o "Tickets to Ride".
El objetivo era y sigue siendo: fomentar el snowboarding progresivo y creativo con una infraestructura excepcional y segura; Ganar la confianza de los mejores riders del mundo; presentar todas las facetas del snowboard de una manera accesible; y sobre todo recordar lo creativo y divertido que es hacer snowboard.
Cada competición era tan importante como la siguiente, y no habría un campeón del mundo, el Artic Challenge, solo supone la etapa final de ese tour de eventos, no una competición final sobre el resto. Con Terje como patron, el TTR se presentó al público el 2 de octubre del 2002.
El impacto del TTR fue mucho mayor que la suma de todos los eventos y competiciones de que se compone. Focalizo la escena snowboard unificándo a riders, industria y prensa especializada. Por fin los snowboarders tenían opinión y voto en la dirección de su deporte. Representó un redespertar de su identidad. Riders que hacia años que no se dejaban ver por ninguna competición, empezaron a participar en algunos eventos, volviendo a pasarlo bien mientras se compite, sin presiones ni agobios de ninguna índole. Otros eventos independientes decidieron unirse también al TTR. El primer año del TTR acabó de una manera tan explosiva como comenzó, y lo mejor de todo es que eran ahora los propios riders los que dirigían este deporte.
Aunque se han dado pasos de gigante aun quedan muchos aspectos que mejorar, asi como crear un sistema para que los snowboarders rookies puedan pasar a pro. Además falta mucho soporte para las chicas snowboarders, otro aspecto importante que necesita ser rápidamente desarrollado. Así mismo segun el TTR ha crecido y va creciendo cada vez va siendo más necesario crear un cuerpo legal que se ocupe del TTR. A pesar de que ha habido mucha difusión del TTR a nivel europeo, aun falta mucho trabajo que realizar en USA y Japón. Buena parte de estos puntos pendientes ya están en marcha, recordemos que el TTR todavía está en su infancia.
El TTR está en constante evolución, y acabo dividiendose en dos la temporada pasada, los TTR Pro Series y los TTR Qualifying Series. En las competiciones Pro Series al menos el 30% de las plazas deben estar abiertas através de clasificación en los TTR Qualifying Series.
Uno de los verdaderos desafios para el TTR, es conseguir desarrollar un buen seguimiento y cobertura televisiva, que muestre los mejores y aspectos más reales de este deporte, para que pueda competir con otros deportes más tradicionales como el tenis o el futbol. Pero el mejor indició del exito asegurado del TTR es que esta organizado por los propios riders: Gian Simmen, Steve Gruber, Markku Koski, Jacob Söderqvist, Travis Parker, Nico Droz y el propio Terje Haakonsen. Es hora de que sea devuelva a mano de los riders sus competiciones, que al fin y al cabo son los únicos que conocen este deporte.
Por ahora, el TTR puede parecer un ataque directo a la FIS, segun sus organizadores no pretende serlo. La federación internacional de esquí esta ahí, y seguirá estando. "Cualquier energía malgastada peleando con ellos será solo una perdida de tiempo. El TTR nunca impedirá a los snowboarders dejar de hacer snowbording, ya sea para hacer una parte de un video o para competir en los juegos olímpicos." Lo que pretende ser es proporcionar un circuito a los snowboarders alternativo al de la FIS.
La diversión sin cortapisas, amistad, apreciar el magnifico entorno donde se desarrolla este deporte, viajes y experiencias únicas, libertad y creatividad, todo esto y más es el snowboarding. Y es lo que todos queremos que siga siendo.
<"#0033CC" "3" >Fuentes: www.ttrprosnowboarding.com , www.the-arctic-challenge.com