La verdad es que enseñar es más complicado de lo que parece, porque aparte de tener paciencia, nuestros movimientos son en muchos casos meros actos reflejos, que nuestro cuerpo ejecuta, pero que nuestra mente consciente no sabe bien como.
La primera vez que tube que enseñar a alguien, mi hermano fue la victima, pense que iba a ser más sencillo. Pero una vez en la pista me di cuenta que había muchas cosas que sabía hacerlas pero que era incapaz de explicar como las hacia. Es como andar en bicicleta o escribir en un teclado, yo no se conscientemente donde está situadas las teclas en el teclado, pero puedo teclear estas líneas sin tener que buscar letra a letra gracias a que mi cerebro los ejecuta de forma inconsciente.
Pues algo parecido ocurre con el snowboard, muchos movimientos son ejectuados sin pararse a pensar ahora tengo que contraer tal o cual músculo, moverme para aquel lado.... Por lo que para explicar bien la técnica, tendremos que ser capaces de analizar con calma esos movimientos para tratar de transmitir unas indicaciones que puedan resultar de alguna ayuda. Para ilustrar un poco más lo que digo, pensad, que si los movimientos de snowboard fuesen plenamente conscientes en su ejecución total, seriamos del todo ambidiestros, iriamos igual de bien como goofy o como regular, ya que la base es exactamente la misma y lo que hemos aprendido para un lado del cuerpo es plenamente válido para el otro.
Otra cosa importante es que para que queden bien fijados estos pseudo reflejos, o mejor dicho movimientos no del todo conscientes, es que debemos dormir para que se fijen adecuadamente, el sueño ademas de para descansar tiene otras funciones como esta. Por eso muchas veces al día siguiente de aprender una cosa, se nos da mucho mejor cuando el día anterior apenas podíamos hacerla.