El encolado de las pieles de foca, igual que el encerado, es parte del mantenimiento imprescindible del material de montaña. Es una tarea no excesivamente complicada que podemos hacer en casa con material digamos "rudimentario".
Existen varios tipos de pieles de foca, algunas no requieren encolado. Incluso existen unos rollos de cola que facilitan un poco la aplicación. En este articulo hablaremos del caso más común; es decir, de como retirar por completo la cola de unas pieles de foca clásicas sucias, usadas en varias temporadas, y que han perdido gran parte de su adherencia, para luego aplicar adhesivo en tubo.
En algunos casos, seria posible retirar solamente parte de la cola sucia y encolar encima. Nosotros nunca lo hemos probado, pero es algo habitual, sobretodo entre los que hacen grandes travesías y muchas salidas por temporada.
Por supuesto siempre existe la posibilidad de llevarlas una tienda de montaña o taller especializado, aunque estos no abundan precisamente. El resultado, casi siempre, será mejor si lo realiza un profesional con experiencia y las herramientas y materiales específicos. Aunque también llevará algo de tiempo y será bastante más caro ;-)
En el pasado ya dedicamos unas lineas a este tema del rencolado de pieles y ahora queremos profundizar un poco más. Así que después de mirar muchos vídeos en Youtube y de algunos encolados, ya tenemos los conocimientos necesarios para hacer algunas recomendaciones con algo de conocimiento.
Lo primero será preparar los trapos o papeles, recortándolos con un ancho ligeramente superior al ancho de las pieles. Recomendamos usar bolsas de papel, ya que tienen una adherencia mejor. Para una buena limpieza necesitaremos repetir el proceso varias veces, así que será necesario una buena cantidad.
Fijamos las pieles en una mesa, tabla de trabajo o similar; con unas pinzas de la ropa, sargentos o lo que tengamos a mano. Nos ponemos los guantes, porque esto de la cola es un poco "guarro", como podréis comprobar.
Calentamos la cola con el aire caliente del secador, sin acercarlo demasiado y sin utilizar la máxima potencia. Cuando tengamos la cola "caliente" aplicamos los papeles (o trapos) encima y presionamos suavemente con la mano. Colocamos la plancha ligeramente caliente y hacemos varias pasadas por encima, sin presionar demasiado. Dejamos que los papeles absorban la cola vieja, sin esperar demasiado, y vamos retirándolos.
Veremos como una gran parte de la cola se queda adherida en el papel. Repetimos el proceso hasta quitar la mayor parte de la cola, probablemente con un par de veces será más que suficiente. Con el secador, calentamos de nuevo la cola residual que pueda quedar en las pieles y la retiramos con la ayuda de la espátula metálica.
Con las pieles limpias de cola vieja, podemos optar por lavarlas con agua y jabón neutro. Esto lo dejamos a elección de cada uno en función del estado de las pieles. Si se trata de una pieles con un par de temporadas y que no tiene muchos restos de barro y suciedad, probablemente no será necesario lavarlas.
Con las pieles libres de suciedad y restos de cola vieja, aplicamos la nueva cola en tubo, y la extendemos de manera homogénea con la ayuda de la espátula metálica. Recomendamos ir aplicando y extendiendo la cola progresivamente; ya que si aplicamos todo el tubo de cola de golpe, se irá secando, solidificando y se complicará la aplicación.
Si nos han quedado grumos o zonas con menos cola, podemos utilizar el secador a baja potencia para calentar ligeramente la cola y extenderla con mayor facilidad.
Después de la aplicación, dejamos secar la cola con las pieles extendidas en horizontal durante unas 4 horas. Es importante no realizar el proceso si vamos a utilizar las pieles al día siguiente.
Algunos expertos no recomiendan el uso de cola en tubo y prefieren el transfer-tape, que es más cómodo y limpio. También es más caro y por experiencia, la cantidad de cola aplicada en la piel es mucho menor. Si no vas a renovar la cola cada temporada y la durabilidad es importante para ti, te recomendamos que uses la cola en tubo.