Uno de nuestros objetivos "pendientes" en Tavascán era la famosa canal de la y griega. Esta estrecha canal, con pendiente y muy estética, tiene todos los ingredientes que nos gustan...
Salimos del refugio de La Pleta del Prat a las 08:30, aproximadamente. La parte inicial de la ruta no tiene ninguna complicación. Se trata de subir por la pista hasta el reenvío del telesilla. Nos preocupaba la meteorología y el estado de la nieve. La previsión no era buena: nubosidad, precipitaciones débiles y mala visibilidad. Además, estuvo lloviendo la tarde anterior. Finalmente el cielo amaneció despejado y nos encontramos la nieve un poco endurecida, pero nada preocupante.
Esta vez tenemos un nuevo miembro en el equipo, sin tablas en los pies y con mucho más pelo que el resto. Se trata de Cendra (ceniza en catalán), una de las mascotas del refugio. Se hace muy divertido subir acompañados por un perro, ver como juega con la nieve y como corretea a tu alrededor. Ahora entendemos mejor porque hay tanta gente que decide visitar la montaña acompañados por su mascota. Realmente es un compañero más, se para cuando la cosa se pone difícil y parece conocer y entender la ruta.
Después de dos horas de ascenso llegamos a la base del collado que hay entre el Tuc de la Cima (2.457 m.) y el Campirme (2.633 m.), unos metros por encima del final del telesilla. La subida se hace sin complicaciones hasta este punto, pero a partir de ahora va aumentando la pendiente y el cansancio empieza a notarse. Ya llevamos 500 metros de desnivel, que no es poco.
Como es normal en los collados, la nieve empieza estar venteada en algunos tramos. En otros, sin embargo, las tablas se hunden más de un palmo. No hay traza y la pendiente aumenta. Es el momento de quitarse las tablas de los pies, ponerse los crampones y sacar el piolet. Llegados a este punto, nos arrepentimos de no haber tomado esta decisión antes. Quitarse la mochila y recolocar el material se vuelve complicado. Como suele pasar a menudo, siempre se intenta retrasar al máximo el momento de quitarse la tabla de los pies. No estamos en un sitio peligroso, pero si incomodo y con pendiente; un resbalón y nos pegamos un buen susto. En la imagen siguiente se ven nuestras huellas de subida.
Con los crampones en los pies, la tabla a la espalda y el piolet en la mano subimos abriendo huella en una capa de 30cm de nieve húmeda. El "ambiente" de este tipo de subidas directas y verticales le da un punto de emoción con el que disfrutamos mucho. Aunque también hay tener en cuenta que desgastan más físicamente y, si es posible, es mejor evitarlas en salidas largas.
Cendra no entiende de desgaste físico, sube jugando y sin problemas. Parece mentira con que facilidad se mueve por la pendiente. Utiliza sus garras como crampones y se dedica a bajar y subir en busca de las bolas de nieve que Rafa le va lanzando. Tenemos la impresión de que hace este tipo de actividades con frecuencia.
Una vez en la parte superior del collado volvemos a ponernos las tablas en los pies para llegar a la entrada de nuestra ansiada canal. Solamente nos quedan unos pocos metros de desnivel por la ancha y suave cuerda. Las vistas son espectaculares.
En esta zona hay muchas entradas a canales y nos cuesta un poco encontrar nuestro objetivo de hoy. Las cosas no se ven igual desde arriba que desde abajo. Todo cambia con la perspectiva. Por ese motivo siempre es buena idea hacer fotos de la ruta de descenso desde abajo, buscando siempre un punto de referencia. También es recomendable llevar el track de la ruta guardado en el GPS o el móvil, pero no siempre hay cobertura y la fiabilidad de estos aparatos nunca es del 100%.
Después de unos momentos de dudas encontramos la entrada a la famosa "canal de la Y griega" y impacientes por bajar nos apresuramos a colocar todo el material en la mochila. La entrada nos la encontramos sin cornisa y tiene la forma de un gran embudo con una pendiente que estimamos en /"sólo/" unos 30º pero que aumenta rápidamente según se entra en ella y se encajona.
En este tipo de descensos se debe bajar de uno en uno, por seguridad. De esta manera cada uno puede estar atento a la bajada de cada compañero por si se produce alguna caída o cualquier otro imprevisto.
Nos encontramos una nieve de calidad variable. En el inicio algo que se asemeja a nieve polvo y, según descendimos, va aumentando la humedad progresivamente pero sin llegar a ser pesada, que para las fechas en las que estamos, es de agradecer. El descenso por la canal es espectacular y la pendiente permite disfrutar al máximo.
Como pasa a menudo, tenemos más fotos de la subida que de la bajada. Lo que si tenemos es un vídeo del tramo de descenso por dentro de la canal en el que se puede apreciar el ambiente y la pendiente.
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