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Desnivel: 439 metros (1.910m - 2.500m aprox.)
- Dificultad: Fácil. BE-S3.
- Orientación: N
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- Duración: 4,30 h
- Ascenso: 3 h
- Descenso: 1 h
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En la montaña se suele decir que hay que acoplarse a ella,que es ella quien manda, y a decir verdad eso fue lo que pasó. El último día de marzo de la temporada pasada coincidieron 3 factores. Yo me encontraba cerca de la Vall dAran, Xabi, de Mendiboard, también, y por último, un frente frío que no quería marcharse se auto-invitó a la fiesta.
Así las cosas, nos reunimos en Vielha y debatimos la situación. Optamos por adentrarnos por Tredós, pero al llegar a Salardú ya vimos que sería imposible. Un invierno de tantas nieves, como el de 2012, hacía del todo punto imposible entrar por la pista para un ataque de día. Así que replanteamiento de la situación y optamos por un clásico, la Vall de Gerber.
Gerber es un valle al que se accede muy bien desde el aparcamiento de la Peülla de la estación de esquí de Baqueira Beret. Sólo se necesita hacer una diagonal a media ladera en dirección sur hasta llegar al inicio del valle. Hay que prestar especial atención a esta diagonal puesto que esta ladera, con orientación NE, es propensa a aludes. De hecho nosotros atravesamos los restos de uno, lo que nos dificultó un poco el avance.
Aparcament de la Peülla (1.910m.)
Una vez al inicio del valle, las nubes nos dejan descubrir toda la zona baja del valle, que se caracteriza por relieves ondulados cubiertos por zonas de bosque no muy denso, en definitiva, soul riding, tanto de subida como de bajada.
De vez en cuando las nubes se levantan y nos permiten ver un poco más, mostrándose imponentes los grandes picos que envuelven el valle. Hace poco que salimos del aparcamiento, pero parece que estemos en un lugar perdido y a kilómetros de la carretera más cercana.
La pequeña nieve caída no nos dificulta el avance, más bien lo embellece, y mientras avanzamos los golpes de viento nos recuerdan que lo que estamos viviendo es un regalo y que en cualquier momento la naturaleza nos lo puede quitar, así que a aprovecharlo.
Viendo que la
météo quizás no nos de muchas alegrías, decidimos entrar por el primero de los valles disponible con la intención de llegar a "ninguna parte". Según avanzamos vamos notando como la calidad de la nieve es realmente cambiante. Hay tramos con la nieve muy buena, pero hay otros en los que el viento no ha dado tregua y aflora la base de nieve dura. Nos vamos acercando a la mitad de este valle secundario y observamos que una pala que llega hasta prácticamente la arista cimera, con orientación norte, nos llama, nos seduce, nos atrae, así que sin muchos miramientos, para allí que nos vamos.
El viento sopla con más fuerza a medida que vamos subiendo, y aunque las nubes nos están respetando y no descienden de cota, se va haciendo más complicado el progresar. Tanto es así que la nieve dura me pone las cosas muy difíciles y no me veo seguro seguir con las cuchillas. Así las cosas sólo quedan dos opciones, o para arriba con crampones o para abajo con la split.
Nos acercamos a la única roca grande de toda la pala y allí, viendo cómo se estaba poniendo el día y que aunque hubiéramos subido hasta arriba, tampoco lo hubiéramos disfrutado puesto que ni el viento nos hubiera dejado tranquilos, ni la nieve dura nos hubiera dejado gozarla en la bajada, decidimos bajar. "Sólo" habíamos llegado a la cota 2.500, pero teniendo en cuenta el panorama, más vale esto en el saco que nada, así que para abajo!
Primeros giros de tanteo entre nieve dura, costra y polvo, hasta que llegamos al fondo del subvalle, donde comenzamos a pasárnoslo bien de verdad. Muchas veces no es necesario buscar la verticalidad ni el extremismo, simplemente, dejarse caer con giros suaves entre los árboles, por donde parece como si nadie hubiera pasado nunca, es suficiente.
Entre giros, risas y alguna topetada, llegamos a la salida del valle, y en este punto, sólo quedan dos alternativas.
La primera, deshacer el camino andado, que consiste en una larga diagonal en dirección norte, atravesando los restos de antiguos aludes, hasta el aparcamiento de la Peülla. La segunda, aprovechar la pala que se abre a nuestros pies con una estupenda nieve crema primaveral, así que no nos lo pensamos dos veces, y para abajo!
La vuelta al aparcamiento, con dedostop!